“La responsabilidad es el precio de la libertad.” (Elbert Hubbart)
El origen de la palabra libertad viene del latín y hace referencia a la condición de libre. El depender de uno mismo. de hacer o no hacer, conlleva consecuencias que obligan asumirlas. Es decir, sin imposiciones externas, uno responde por sus actos en el ejercicio de su responsabilidad. El proceder por voluntad propia obliga respetar la ley y el derecho ajeno.
El emperador francés Napoleón Bonaparte (1769-1821) recuerda: “Nada es más difícil, y por lo tanto más querido, que ser capaz de decidir.” El artículo 4 de la Declaración de los Derechos del Hombre. (Naciones Unidas 10 de diciembre de 1948) establece: “La libertad consiste en poder hacer todo lo que no perjudica a los demás.”
El someter a otros tiene múltiples disfraces. El presidente norteamericano Abraham Lincoln (1809-1865) reconocido por abolir la esclavitud, afirma: “Los que niegan la libertad a otros no la merecen para ellos mismos.” El Papa polaco (1920-2005) Karol Jozef Wojtyla con firmeza aclara: “La libertad no consiste en hacer lo que nos gusta, sino en tener el derecho a hacer lo que debemos.” Este argumento es una ráfaga de luz que ilumina la existencia y define un compromiso. Es así como podemos decir: libertad, avanza.